miércoles, 5 de diciembre de 2018

Ahora

Ahora escribo aquí: Instagram 

Tengo un libro y nadie quiere publicarlo, bueno, no quieren ni leerlo. Sé que muchos poetas empiezan autoeditándose y me parece genial, probablemente más digno y ético, y a veces hay ediciones muy chulas, pero no tengo tiempo o me da pereza, o no quiero hacer de representante de mí misma... yo solo quiero escribir. ¿Alguien tiene una editorial y está leyendo esto? :-)

De hecho estoy ya con el siguiente poemario, y, por primera vez no es una recopilación de los poemas de los últimos diez años. Lo estoy escribiendo casi en directo. Comparto un poema, aún en construcción:


Dijiste que para escribir hay que ir a los bares a escuchar a la gente.

Pero yo no quiero saber lo que la gente dice en los bares.
No quiero saber lo que la gente dice en sus casas.
Quiero saber lo que la gente no dice en ningún sitio.


Adiós.

jueves, 31 de mayo de 2018

Cómo escribir sin sufrir

Todo el mundo debería escribir como Lorrie Moore.
Leo Cómo ser escritora de Lorrie Moore. Nunca escribo sobre la realidad, pero a veces me parece que puedo meter mis miserias en mi libro, que es este.

Aunque

Para qué hablar de lo que siento, yo lo sé pero es muy aburrido.
A veces. 
Soy a veces.
Lo escribí hace 20 años, me gusta recordarlo. Te lo enseñé y te gustó. Dijiste es muy bueno. Estábamos en un sofá, en el pasillo de la biblioteca. Siempre iba a estudiar con papelitos en los bolsillos, deseando que estuvieses allí para leer mis letritas. Siempre me decías tienes que sufrir. Y era la primera vez que me pasaba.
A ratos pensaba que era muy lista y otros la persona más torpe de la clase. Los chicos hacían muchas preguntas mencionando a hombres de los que nunca había oído hablar. No abrí la boca en cinco años. Hasta que en 5º curso el profesor de Filosofía de las religiones se enteró de lo mío y quiso leerlo. Le entregué mis poemas más tontos y de amor. 

No me dijo nada, mis poemas no hablaban de Dios, claro.
Escribe en cualquier parte. Escribe mientras el niño desayuna y mete las manos en la leche y se ríe con su diente gris. Lo hace para llamar tu atención. Lo salpica todo de leche con colacao y a ti te da igual. A veces te da igual.
Escribo porque hay sábados. Porque mi madre tiene un balcón con geranios. Enfrente había álamos. Los cortaron.
El encuentro brutal y dulce de los sábados. También lo escribí hace mucho. Porque fue hace mucho. No te lo enseñé. No era tan brutal.
Fui a un colegio de niñas.
Leo Pornografía de Lupe Gómez. Todas deberíamos escribir como Lupe Gómez.
Agora estou na cama. Fora está o inverno. Pienso en que acabaré por superarlo todo como todo el mundo. Y luego me doy cuenta de que hay gente que no.
Sueño con decirme cosas. Tendré que leer algún libro más de autoayuda porque todavía no puedo.
Tu madre también escribía poemas, notitas. 
Soy a veces. Pero lo tengo superado.
Hubiera sido más feliz estudiando algo sin pretensiones. Estudiar algún arte u oficio. Aprender a escribir o a tornear. Escribir como tornear. Pero no filosofar. Coser no, ni dibujar. Siempre se me ha dado mal. Hasta ahora, que dibujo todos los días caballos, patos

y monstruos

(pero Lois dice que son buenos)