si mi mirada tuviese manos
ya te habría gastado
creo que una vez bailamos
mirándonos todo el rato
yo no tenía ni puertas ni ventanas
era cerrada y ligera
como una burbuja
no supe amarte adecuadamente
¿cómo se hace eso?
¿quién haría una pregunta tan estúpida?
pues tengo más
una vez mi cuerpo tocó todo tu cuerpo
bailamos una canción triste
nos dijimos cosas demasiado sinceras
resultó que me querías y me odiabas
no soportabas muchas cosas de mí
¡no me soportabas!
pero mi cuerpo estaba junto al tuyo
y no le importó
ese pequeño detalle
martes, 23 de febrero de 2010
domingo, 21 de febrero de 2010
Reencuentros con amores platónicos II.
Tu pelo era una de las cosas que más me gustaba de ti.
Pensamientos de patas cortas
se pasean en mi interior
y me acarician con suavidad
como tu pelo que nunca toqué.
Mi cuerpo era una idea para ti.
Tú eras una idea para mi cuerpo.
Cada día, al salir de clase,
usábamos palabras nuevas para lo nuestro.
Tu pelo era la Idea de Tu Pelo.
Pero Platón no enseña a acariciar ideas.
Ni a fabricar versos(odia a los poetas)
Y aún así es el filósofo
que más aparece en poesía.
Y todo por esa estúpida manía
de Idealizar Pelos
y otras partes
de tu cuerpo.
Vale, sí, era suave,
era rubio oscuro cobrizo caoba.
Era indomable como tú.
Era.
Pensamientos de patas cortas
se pasean en mi interior
y me acarician con suavidad
como tu pelo que nunca toqué.
Mi cuerpo era una idea para ti.
Tú eras una idea para mi cuerpo.
Cada día, al salir de clase,
usábamos palabras nuevas para lo nuestro.
Tu pelo era la Idea de Tu Pelo.
Pero Platón no enseña a acariciar ideas.
Ni a fabricar versos(odia a los poetas)
Y aún así es el filósofo
que más aparece en poesía.
Y todo por esa estúpida manía
de Idealizar Pelos
y otras partes
de tu cuerpo.
Vale, sí, era suave,
era rubio oscuro cobrizo caoba.
Era indomable como tú.
Era.
viernes, 12 de febrero de 2010
viernes, 5 de febrero de 2010
jueves, 4 de febrero de 2010
lunes, 1 de febrero de 2010
Poema favorito 11
DON DE LENGUAS
Después de todo, sé
que hay ratos que me quiere
y que hay ratos que no.
Me los hace saber, unos y otros,
a cada cuarto de hora,
de una o de otra manera.
*****
Debería bastarme. Y sin embargo tengo
la misma sensación que cuando le oigo
a ratos en inglés, por teléfono, y luego
haciendo otra llamada en italiano, para
más tarde hablar con alguien en francés,
hasta que finalmente
regresa al español al hablar con sus hijos.
*****
Yo, en la cama, tendida boca abajo, hojeando
El País Semanal,
hago como si no me enterara de nada.
Y la verdad:
no me entero de nada.
Inmaculada Mengíbar
Después de todo, sé
que hay ratos que me quiere
y que hay ratos que no.
Me los hace saber, unos y otros,
a cada cuarto de hora,
de una o de otra manera.
*****
Debería bastarme. Y sin embargo tengo
la misma sensación que cuando le oigo
a ratos en inglés, por teléfono, y luego
haciendo otra llamada en italiano, para
más tarde hablar con alguien en francés,
hasta que finalmente
regresa al español al hablar con sus hijos.
*****
Yo, en la cama, tendida boca abajo, hojeando
El País Semanal,
hago como si no me enterara de nada.
Y la verdad:
no me entero de nada.
Inmaculada Mengíbar
Poema favorito 10
Hay suficiente metafísica en no pensar en nada.
¿Qué pienso yo del mundo ?
¡Yo que sé lo que pienso del mundo!
Si me pusiese enfermo lo pensaría.
¿Que idea tengo de las cosas?
¿Qué opinión es la mía sobre causas y efectos?
¿Qué he meditado sobre Dios y el alma
y sobre la creación del Mundo?
No sé. Pensarlo es para mí cerrar los ojos
y no pensar. Es correr las cortinas
de mi ventana (que no tiene cortinas).
(...)
No creo en Dios porque nunca lo he visto.
Si él quisiera que yo creyese en él
vendría sin duda a hablar conmigo,
y cruzada mi puerta, casa adentro,
me diría: ¡Aquí estoy!
(...)
Pero si Dios es las flores y los árboles
y los montes y la luz de luna y el sol,
entonces creo en él,
entonces creo en él a todas horas
y mi vida entera es una oración y misa
y una comunión con los ojos y por los oídos.
Pero si Dios es las flores los árboles
y los montes y la luz de luna y el sol,
¿por qué llamarle Dios ?
Le llamo flores y árboles y sol y luz de luna y montes;
porque si él se hizo, para que yo lo viese,
sol y luz de luna y montes y árboles y flores,
si ante mí aparece como árboles y montes
y luz de luna y sol y flores
es porque quiere que yo lo conozca
como árboles y montes y flores y luz de luna y sol.
Y por eso, obedezco
(¿qué mas sé yo de Dios que Dios no sepa de sí mismo?).
Le obedezco al vivir tan espontáneamente
como quién abre los ojos y ve,
y le llamo luz de luna y sol y flores y árboles y montes,
y le amo sin pensar en él,
y lo pienso al ver y oír,
y ando con él a todas horas.
Fernando Pessoa(Alberto Caeiro), El guardador de rebaños
Poema completo
¿Qué pienso yo del mundo ?
¡Yo que sé lo que pienso del mundo!
Si me pusiese enfermo lo pensaría.
¿Que idea tengo de las cosas?
¿Qué opinión es la mía sobre causas y efectos?
¿Qué he meditado sobre Dios y el alma
y sobre la creación del Mundo?
No sé. Pensarlo es para mí cerrar los ojos
y no pensar. Es correr las cortinas
de mi ventana (que no tiene cortinas).
(...)
No creo en Dios porque nunca lo he visto.
Si él quisiera que yo creyese en él
vendría sin duda a hablar conmigo,
y cruzada mi puerta, casa adentro,
me diría: ¡Aquí estoy!
(...)
Pero si Dios es las flores y los árboles
y los montes y la luz de luna y el sol,
entonces creo en él,
entonces creo en él a todas horas
y mi vida entera es una oración y misa
y una comunión con los ojos y por los oídos.
Pero si Dios es las flores los árboles
y los montes y la luz de luna y el sol,
¿por qué llamarle Dios ?
Le llamo flores y árboles y sol y luz de luna y montes;
porque si él se hizo, para que yo lo viese,
sol y luz de luna y montes y árboles y flores,
si ante mí aparece como árboles y montes
y luz de luna y sol y flores
es porque quiere que yo lo conozca
como árboles y montes y flores y luz de luna y sol.
Y por eso, obedezco
(¿qué mas sé yo de Dios que Dios no sepa de sí mismo?).
Le obedezco al vivir tan espontáneamente
como quién abre los ojos y ve,
y le llamo luz de luna y sol y flores y árboles y montes,
y le amo sin pensar en él,
y lo pienso al ver y oír,
y ando con él a todas horas.
Fernando Pessoa(Alberto Caeiro), El guardador de rebaños
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