Su caricia de las once y veinticinco me despertó. Quiero decir me estremeció pero yo no uso palabras tan tontas. Siento que estoy siempre despertando y volviendo a dormir. Esta realidad me tiene así. Ah...lo de escribir! sentirse rara, como llevando un instrumento enorme y brillante en el bolsillo todo el rato. Y tocarlo solo para usted.
2 comentarios:
Hermoso blog donde revolotean las mariposas de la tinta.
Un saludo
Gracias, María José.
Saludos!
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