Un poema desesperado sobre la indiferencia de Dios ante las desgracias de sus "creaturas" lo podemos encontrar en "Las flores del mal". Ante la aporía de Epicuro, Baudelaire opta por seguir el ejemplo de san Pedro: renegar de Él.
CXVIII EN RENIEGO DE SAN PEDRO ¿Qué es lo que Dios hace, entonces, de esta oleada de anatemas Que sube todos los días hacia sus caros Serafines? ¿Cómo un tirano ahíto de manjares y de vinos, Se adormece al suave rumor de nuestras horrendas blasfemias? Los sollozos de los mártires y de los ajusticiados, Son, sin duda, una embriagadora sinfonía, Puesto que, malograda la sangre que su voluptuosidad cuesta, ¡Los cielos todavía no están saciados del todo! — ¡Ah, Jesús! ¡Recuérdate del Huerto de los Olivos! En tu candidez prosternado, rogabas A Aquel que en su cielo reía del ruido de los clavos Que innobles verdugos hundían en tus carnes vivas, Cuando viste escupir sobre tu divinidad La crápula del cuerpo de guardia y de la servidumbre, Y cuando sentiste incrustarse las espinas, En tu cráneo donde vivía la inmensa Humanidad; Cuando de tu cuerpo roto la pesadez horrible Alargaba tus dos brazos distendidos, que tu sangre Y tu sudor manaba de tu frente palidecida, Cuando tú fuiste ante todos colgado como un blanco. ¿Recordabas, acaso, aquellos días tan brillantes, y tan hermosos En que llegaste para cumplir la eterna promesa, Cuando atravesaste, montado sobre una mansa mula Caminos colmados de flores y de follaje, En que el corazón henchido de esperanzas y de valentía, Azotaste sin rodeos a todos aquellos mercaderes viles? ¿Cuándo fuiste tú, finalmente, el amo? El remordimiento, ¿No ha penetrado en tu flanco mucho antes que la lanza? —Por cierto, en cuanto a mí, saldré satisfecho De un mundo donde la acción no es la hermana del ensueño; ¡Pueda yo empuñar la espada y perecer por la espada! San Pedro ha renegado de Jesús... ¡Hizo bien!
2 comentarios:
Un poema desesperado sobre la indiferencia de Dios ante las desgracias de sus "creaturas" lo podemos encontrar en "Las flores del mal". Ante la aporía de Epicuro, Baudelaire opta por seguir el ejemplo de san Pedro: renegar de Él.
CXVIII
EN RENIEGO DE SAN PEDRO
¿Qué es lo que Dios hace, entonces, de esta oleada de anatemas
Que sube todos los días hacia sus caros Serafines?
¿Cómo un tirano ahíto de manjares y de vinos,
Se adormece al suave rumor de nuestras horrendas blasfemias?
Los sollozos de los mártires y de los ajusticiados,
Son, sin duda, una embriagadora sinfonía,
Puesto que, malograda la sangre que su voluptuosidad cuesta,
¡Los cielos todavía no están saciados del todo!
— ¡Ah, Jesús! ¡Recuérdate del Huerto de los Olivos!
En tu candidez prosternado, rogabas
A Aquel que en su cielo reía del ruido de los clavos
Que innobles verdugos hundían en tus carnes vivas,
Cuando viste escupir sobre tu divinidad
La crápula del cuerpo de guardia y de la servidumbre,
Y cuando sentiste incrustarse las espinas,
En tu cráneo donde vivía la inmensa Humanidad;
Cuando de tu cuerpo roto la pesadez horrible
Alargaba tus dos brazos distendidos, que tu sangre
Y tu sudor manaba de tu frente palidecida,
Cuando tú fuiste ante todos colgado como un blanco.
¿Recordabas, acaso, aquellos días tan brillantes, y tan hermosos
En que llegaste para cumplir la eterna promesa,
Cuando atravesaste, montado sobre una mansa mula
Caminos colmados de flores y de follaje,
En que el corazón henchido de esperanzas y de valentía,
Azotaste sin rodeos a todos aquellos mercaderes viles?
¿Cuándo fuiste tú, finalmente, el amo? El remordimiento,
¿No ha penetrado en tu flanco mucho antes que la lanza?
—Por cierto, en cuanto a mí, saldré satisfecho
De un mundo donde la acción no es la hermana del ensueño;
¡Pueda yo empuñar la espada y perecer por la espada!
San Pedro ha renegado de Jesús... ¡Hizo bien!
Espero que te sirva.
Saludos.
me gusta mucho. Tienes un estilo tan tierno!!! pero nada ñoño ni cursi, por eso me encanta
un abrazo
peter
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