martes, 8 de noviembre de 2011

la historia de ernest

un corazón-lata
un corazón salvaje y subjuntivo
me despertó esta mañana
cuando estaba a punto de abrazar el acueducto de segovia
por su lado noroeste
-a veces viajo en sueños a los sitios y a segovia he ido ya tres veces-

en uno de mis viajes conocí a ernest

ernest era un tipo que soñaba con casarse con su novia
y mudarse a una cabaña


en aquella época apenas quedaba un rescoldo de su ambición,
se pasaba el día en los bares
bebiendo como una reina madre
y haciendo llorar a  los camareros

lo lamento, ernest

tranquila, lo llevo bien

no ernest, oigo a tu corazón fabricar ruidos nostálgicos y eso no es bueno

mi corazón palpita y escupe ceros y unos y es feliz

ernest, eres tan dulce como el membrillo

1 comentario:

xoansinho dijo...

es muy bonito escupir y palpitar.
me gusta.