viernes, 5 de junio de 2015

Rutina

A veces discuten.

Ella le recrimina cosas, se siente herida por sus hechos, por sus palabras. Él guarda silencio un rato y luego dice:

- ¿No me soportas?
- No.
- ¿Me pasas el agua?
- Toma.

Por la tarde ella está en el sofá recreándose en los sucesos anteriores, no se resiste a las lágrimas. Dos lágrimas. Contadas.

Piensa en frases para un relato. Le da pereza levantarse y encender el ordenador, pereza escribir a mano, perderá el papel, seguro... pereza escribir de una forma que no sea mental. Hace tiempo que no se considera escritora. Que no escribe cuando se siente mal o aburrida. Ha renunciado a escribir de forma original o ingeniosa ya para siempre. Hoy solo quiere desahogarse. Sí, se siente en medio de algo que la ahoga. Un mar de dudas, un náufrago a la deriva... prueba metáforas como un juego, nunca le han gustado. Ni los símiles ni las comparaciones. No, solo la cruda verdad. Bueno, un poco hecha. Al punto.

Por la noche ya están otra vez con su rutina, queriéndose a su manera, como todo el mundo.

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