lunes, 14 de diciembre de 2009

Rescatando cosas antiguas:


Espero sentada en un portal a que deje de llover,
mis pensamientos van de flor en flor
y se paran en una margarita, me quiere, no me quiere...
-¿Qué tal, poeta?-qué listo, sabe dar donde más duele.
-Bien, ¿y tú?
- Pues yo bla bla bla, bla que te bla...
Habla tanto y tan rápido que me pierdo algunas cosas,
pero no sus ojos y su lengua tocando sus dientes cuando dice: nada.
En su mano izquierda lleva una pulsera de cuero.
En la derecha un cigarro que se le cae, lo cojo y lo aplasto
pero quisiera apurar la última calada
y echarle el humo lentamente dentro de la boca.
Miro sus labios deliciosos, mis ojos tienen que decir algo,
pero los suyos no responden, son inexpresivos.
Dice que él está muy seguro de sí mismo,
yo nunca lo estoy, y todo es siempre nuevo para mí.
Soy una hormiguita y tú un elefante
pero tus orejas son pequeñitas.

(1997)

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