domingo, 17 de julio de 2011

¡verde, verde, verde!

una vez leyó el amor es verde
ella ya lo sabía

sintió cómo su corazón su algo
se volvía verde
y lloró sobre el pequeño bebé

sintió que toda ella se volvía verde
sintió la llamada de lo verde

y no había nada que ella pudiese hacer

una sombra verde se había extendido sobre el día


.

1 comentario:

Verónica Ruscio dijo...

Debo castigarme por haber dejado que pasara tanto tiempo sin leerte. Mirá todo lo bueno que me he perdido.

El verde tiene algo de siniestro en este poema. No sé si hay ironía en él o yo la pongo al leerla, pero de todos modos me gusta mucho.

Un beso.